Nos acercamos a Navidad y aprovecho para desear unas Felices Fiestas y un Próspero Año Nuevo a todos los lectores. Viajamos en Diciembre a Galicia, Tierra Mágica por naturaleza y a una aparición que se encuentra entre la tradición y la leyenda.
Una de las apariciones de la Virgen, aparte de Zaragoza y Pontevedra, que ocurrieron en España cuando ella todavía estaba en vida (es decir, practicaba la bilocación o tenía la capacidad de estar en dos lugares a la vez, así como muchos santos… y no tan santos) es la acontecida en Muxía, localidad perteneciente a la gallega provincia de La Coruña.
Este lugar destacado de la geografía mariana está presidido por el santuario de la Virgen de la Barca y bañado casi por las olas atlánticas al encontrarse en la orilla de dicho océano. Se la alude como Virgen de la Barca por la historia de la aparición de la Virgen en este mismo lugar al mismísimo Apóstol Santiago, con el que guardaba una gran amistad y aprecio según queda mostrado en sus constantes ánimos que le da en el viaje del Apóstol sobre todo en la Hispania de la época.
Según cuenta la tradición, que nunca se debe de olvidar, el Apóstol Santiago se encontraba en las tierras gallegas en la frontera del mundo conocido en esos tiempos. Estaba un tanto alicaído y triste, ya que no conseguía apenas seguidores de la nueva religión cristiana en la Península. Melancólico, Santiago se hallaba sentado viendo el océano Atlántico tan abismal en medio de una tormenta.
La tristeza de repente se vio interrumpida por algo. En medio de la tormenta vio cómo una especie de barca se acercaba a la costa. Pero no era una embarcación cualquiera, sino que estaba hecha por piedras.
En esta barca iba a bordo ni más ni menos que la Virgen, que se acercaba a para dar ánimos a su amigo Santiago como ya lo haría en Zaragoza encima de ese pilar (de ahí Virgen del Pilar y su Basílica), en aquellos momentos oscuros del alma del Apóstol.
Al dar el mensaje de ánimo, de decirle que su misión en Hispania ya había acabado, Santiago decidió levantar en ese mismo lugar, en Muxía, un santuario para rendirla culto por su ayuda.
Además se cuenta que la barca de piedra que transportaba a la Virgen se quedó allí en forma de dos piedras: la piedra de Abalar y la piedra de Cadrís, que se dice de ellas que guardan poderes de sanar y capaces de obrar milagros.
La Piedra de Abalar se cuenta que emite un ruido poco habitual, como si gritase, cuando alguien el que sube a ella está libre de pecados. Además si la usas de cama, puede curarte la esterilidad.
La Piedra de Cadrís según la tradición tiene la capacidad milagrosa de curar aquellos males renales y el lumbago a aquellos que pasen 10 veces por debajo de ella.
El santuario de la Virgen de la Barca fue víctima el día de Navidad de 2013 del impacto de un rayo y se quemó muchas de las cosas que había en él. Ahora mismo se trata de reconstruir para que esta maravillosa historia digna de la España más mágica pase a las siguientes generaciones.
Fuerteventura, 21 de Diciembre de 2016
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