En
Siracusa, Sicilia-Italia, ocurrió un hecho prodigioso: El 29, 30, 31 de
agosto y 1° de septiembre de 1953, la Virgen derramó lágrimas humanas a través de una escultura de barro cocido del Corazón de María que tenían en su casa los esposos, recién casados, Ángel Janusso, militante comunista y Antonieta Giusti.
La
primera vez que sucedió el hecho, ocurrió mientras se encontraba
ausente Ángel, que avisado por su hermana regresó a su casa a constatar
lo ocurrido; mostrándose incrédulo al comienzo se convenció cuando al
contemplar la imagen por repetidas ocasiones, la Virgen empezó
nuevamente a llorar en su presencia. Este acontecimiento produjo mucha
conmoción en el barrio en el que vivian muchas personas de izquierda,
comunistas y protestantes
En
1954, el Papa Pío XII, refiriéndose a las lágrimas derramadas por la
Virgen en Siracusa, se dirigió por radio al pueblo siciliano con estas
palabras:
“¿Comprenderéis
los hombres el arcano lenguaje de aquellas lágrimas de María? Eran
sobre el Gólgota lágrimas de compasión por Jesús y de tristeza por los
pecados del mundo. ¿Llora todavía por las renovadas llagas producidas en
el Cuerpo Místico de Jesús? ¿O llora por tantos hijos a quienes el
error y la culpa han apagado la vida de la gracia y ofenden gravemente a
la Majestad Divina? ¿O son Lágrimas de espera por el retorno de otros
hijos suyos, un día fieles y hoy arrastrados por falsos encantos entre
los enemigos de Dios?”.
Como
testimonio del milagro ocurrido, se ha levantado un Santuario a donde
acuden millares de peregrinos en busca de consuelo, protección, descanso
y cura para su cuerpo y alma, siendo muchas las “sanaciones
inexplicables” que ha obrado esta imagen del Corazón de María.
De
por sí llama poderosamente la atención que la Virgen haya llorado
precisamente bajo esta representación. ¿Qué nos habrá querido decir?
Este portento de Siracusa ha sido aprobado por la iglesia.
Fuerteventura, 12 de Febrero de 2014
Fuerteventura, 12 de Febrero de 2014
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